copla
La copla española floreció en España a partir de los años 40. Quintero, León y Quiroga son los tres creadores más importantes de este género, entre otros. Se mantuvo como el género popular español hasta que en la década de los 60 fue desplazada por la música anglosajona como el pop y el rock. Se dice que el régimen franquista apoyó la copla como símbolo de la identidad nacional. Pero no todos sus intérpretes se dejaron agasajar por la dictadura. Uno de los más clásicos, Miguel de Molina, fue forzado al exilio en 1942 tras recibir una paliza por republicano y homosexual, como se relata en la película Las cosas del querer (1989), de Jaime Chávarri, interpretada por Manuel Banderas, Ángela Molina y María Barranco. Además, algunos intelectuales y músicos situados en la izquierda política reivindicaron la copla, como Joan Manuel Serrat, Basilio Martín Patino (Canciones para después de una guerra -1971) o Francisco Umbral.

El más notable fue el marxista Manuel Vázquez Montalbán, gran aficionado a la copla, a la que consideraba un elemento fundamental en la educación sentimental de varias generaciones de la guerra civil y postguerra. Publicó en 1972 un Cancionero general, posteriormente reeditado como Cancionero general del franquismo. Seguía la apología de lo pop promovida por, entre otros, Susan Sontag, pero también el espíritu humanista de Rimbaud y la humanización del marxismo, cuando dejó de pensar que todo era pura historia. Ése nuevo discurso viene a decir que hay que distinguir el medio del mensaje, la vida cotidiana de la dictadura, lo vivencial de lo político: "La copla era la cultura autorizada, impuesta por el régimen desde la radio, que creó la cultura de masas en los 40", explicaba Vázquez Montalbán. "Pero el público recogía lo que oía a su manera, y convirtió la copla en su historia emocional y sentimental. Mi jaca es el mejor ejemplo: durante la guerra se oía en los dos bandos; y estuvo de moda 30 años".

En la época de mayor auge de la copla (de 1939 a 1954), las canciones vienen bien cargadas: algunas son "tratados de filosofía pura", otras enseñan mujeres inmorales (Romance de la otra, Tatuaje...), o narran tragedias tristísimas (La Parrala...). "Muchas recogen con acierto la tradición de la vieja canción popular española y la seguidilla; y las más andalucistas (No te mires en el río...) son herederas de Lorca y del 27, y, antes, de Villalón y el padre de los Machado ".

El problema, aclara Montalbán, no es de la copla: "¿Qué culpa tiene la copla de que El Pardo se apodere de ella y de que las folclóricas empiecen a levantar el brazo?”.

La canción nacional subsiste durante esos años con gran fuerza, junto a otra que viene sobre todo de la América hispanohablante (Lara, Machín...).

Todo cambia a finales de los 50. La nueva burguesía urbana no se ve reflejada en los dramones, la exaltación de la muerte, el sentimentalismo. Este nuevo periodo supone "el fin de la canción española de gran nivel".

Intérpretes
Una de las primeras cantantes de copla fue Raquel Meller. En esa época cantaba cuplé, que después derivó en canción andaluza y canción española, que conformaron la copla de hoy en día. Imperio Argentina, Estrellita Castro, Concha Piquer, Miguel de Molina, Lola Flores, Marifé de Triana, Rocío Jurado, Juanita Reina, Manolo Escobar, Juanito Valderrama, Sara Montiel o Antonio Molina son tan sólo algunos de los mejores intérpretes de copla de la historia española.

En las últimas décadas han cantado copla andaluza nombres como Bambino, María Jiménez, Isabel Pantoja, Martirio y el cantaor Miguel Poveda. En la época de la transición, hasta finales de siglo, Carlos Cano fue la figura fundamental en el resurgir de la copla andaluza. Recientemente han aparecido artistas de renombre como Pasión Vega, Clara Montes, Pastora Soler, Diana Navarro, Concha Buika, Manolo García, La Shica y Montse Delgado entre otros, quienes van revisando con versiones las creaciones clásicas de las grandes compositores de la copla y a la vez actualizando este género con sus jóvenes voces a los nuevos tiempos del siglo XXI.



Concha_Piquer conchapiquer1 Concha Piquer

Fusión de la copla y el swing: de Madrid a París
Aunque no lo parezca a primera vista puede rastrearse la intensa y expresiva alma del blues en las trepidantes bandas de swing del jazz clásico, al igual que late el flamenco en la copla española. Como cada día tiene su afán hay momentos para La cabalgata de la walkirias y otros para La verbena de la Paloma. Por contraposición al arte puro del flamenco dícese pues que la copla es canción ligera, en el buen sentido en el que Chick Corea tituló su segundo álbum de estudio Light as a feather (1972). Fusionado ya el flamenco hace décadas con el jazz nos quedaba pendiente la copla. Martirio con Chano Domínguez y un CD llamado Spanish Standards Project, liderado por el guitarrista Joaquín Chacón, son ejemplos que han buscado esa fusión, bastante escorada hacia la fidelidad a la copla. La aventura de nuestros invitados esta noche, Olé swing, resulta muy diferente, pues sin renunciar a la melodía la adornan sin descanso con un fraseo jazzístico, llevándola siempre por los caminos del swing.

El programa de concierto es por tanto una revisión de temas españoles coetáneos a la edad de oro del gipsyjazz. Desde coplas y pasodobles hasta música clásica española de compositores como Granados o Falla han elegido temas muy populares para acercar al público esta nueva forma de entender dos estilos tan brillantes; la copla y el swing del Hot Club de France.

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